Preguntas frecuentes
El hematólogo es el médico especialista en hematología, la rama de la medicina que estudia y trata las enfermedades de la sangre, la médula ósea y el sistema linfático.
Este especialista atiende:
Anemias.
Problemas de coagulación (como trombosis o hemofilia).
Alteraciones de glóbulos blancos y plaquetas.
Cánceres de la sangre, como leucemias, linfomas y mielomas.
El hematólogo no solo diagnostica y da tratamiento, también realiza el seguimiento de los pacientes y, en algunos casos, coordina trasplantes de médula ósea.
La leucemia es un tipo de cáncer de la sangre que se origina en la médula ósea, que es el tejido encargado de producir las células sanguíneas. En esta enfermedad, la médula produce una gran cantidad de glóbulos blancos anormales que no funcionan bien, lo cual afecta la producción normal de glóbulos rojos, glóbulos blancos sanos y plaquetas.
En muchos casos, la leucemia puede curarse o controlarse durante mucho tiempo, dependiendo del tipo y del estado de salud del paciente. Los tratamientos más comunes incluyen quimioterapia, terapias dirigidas, inmunoterapia, radioterapia e incluso trasplante de médula ósea en algunos pacientes. El pronóstico varía según el tipo de leucemia, la edad y la respuesta al tratamiento.
Existen varios tipos, pero los principales son:
Leucemia linfoblástica aguda (LLA): más común en niños, aunque también aparece en adultos.
Leucemia mieloide aguda (LMA): se presenta sobre todo en adultos y progresa rápidamente.
Leucemia linfocítica crónica (LLC): avanza lentamente y afecta principalmente a adultos mayores.
Leucemia mieloide crónica (LMC): también evoluciona de manera más lenta y tiene tratamientos muy efectivos actualmente.
La biopsia de médula ósea es un procedimiento médico que consiste en extraer una pequeña muestra de médula ósea, generalmente del hueso de la cadera. Esta muestra se analiza en el laboratorio para evaluar cómo están funcionando las células productoras de sangre y confirmar diagnósticos como la leucemia. Se realiza con anestesia local, y aunque puede causar molestia o presión en el momento de la extracción, es un estudio seguro y fundamental para definir el tipo de enfermedad y el tratamiento adecuado.
El tiempo depende del tipo de leucemia, la edad del paciente y la respuesta al tratamiento.
En leucemias agudas, el tratamiento es más intenso y puede durar entre 6 meses y 2 años, dependiendo de la fase (inducción, consolidación y mantenimiento).
En leucemias crónicas, el tratamiento suele ser más prolongado, a veces de varios años, y en muchos casos permite que la persona lleve una vida casi normal.
Es importante saber que en algunos pacientes se logra una curación completa, mientras que en otros se puede mantener la enfermedad bajo control por mucho tiempo.